05 julio, 2016

Los intensos

¿Quiénes somos los intensos? Somos personas que, para bien o para mal, vivimos la vida de manera pasional, profunda; intensa.

Somos personas de extremos; capaces de preocuparnos hasta por las cosas más insignificantes que nos rodean. De igual manera, somos grandes expertos en que todo nos resbale. Y, hasta me atrevería a decir, que somos capaces de hacer/sentir ambas cosas a la vez. Así de "especiales" somos.


Los intensos tenemos bastante acentuada la valiosa, pero a la vez angustiosa, capacidad cognitiva de la empatía. ¿Por qué valiosa? Porque nos permite comprender a los demás, ponernos en su lugar y entender otras visiones de la vida diferentes y tan válidas como la nuestra. ¿Por qué angustiosa? Porque sentimos como propios los problemas de los demás, hasta tal punto que nos duele el alma.

Los intensos estamos muy arraigados a nuestros recuerdos y a nuestras experiencias; tanto que nos cuesta lo nuestro avanzar hacia el futuro. Nos aterran los cambios; nos domina el miedo a lo nuevo y a lo desconocido y, por desgracia, eso nos hace perdernos el presente y disfrutar de nuevas vivencias.

A los intensos se nos hacen bola los problemas, hasta tal punto de que nos atragantamos con ellos. Y no es porque nos agrade semejante situación (que también. No os voy a engañar, somos un poco masocas y nos regocijarnos una y mil veces en nuestro dolor); sino que no todo el mundo entiende lo que llevamos dentro. Y más que entender, yo diría respetar.

No pedimos que nos comprendan porque para ello es necesario ponerse en nuestros zapatos y andar nuestro camino (algo muy difícil encontrándonos en el mundo de empatía 0 en el que habitamos) pero si que nos respetéis. Que respetéis que tenemos que pedir permiso a nuestro pie izquierdo para mover el derecho, que respetéis nuestros problemas, que respetéis nuestra sensibilidad... Pedimos exactamente lo que os damos a vosotros: cariño, comprensión, humildad, respeto, empatía, sensibilidad...



Somos personas "normales" (sí, entre comillas porque ¿qué criterios determinan que una persona es normal? ¿Existe algún tipo de escala universal?), con nuestros más y nuestros menos como TODOS. Simplemente somos seres más emocionales que racionales; dotados de una gran carga emocional y con cicatrices en el alma que delatan lo complicado que ha sido y es nuestro camino. Cicatrices tan válidas como las físicas que pueden producir una caída.


Esos somos los intensos.

Cris 

P.D: El título de este post se lo dedico a mi amiga Bea, que sé que le encanta el calificativo de "intenso" ❤.


20 mayo, 2016

Deberíamos...

Deberíamos ser capaces de superar nuestros traumas; si vivimos anclados al pasado no disfrutamos el presente y, por tanto, nuestro futuro quizás no sea el que siempre hemos soñado.

Deberíamos controlar los malos pensamientos y tomarnos la vida con más humor. Bastante difícil es sobrevivir ya de por si como para complicarnos más la existencia; no sólo los unos a los otros; sino también a nosotros mismos.

Deberíamos ser capaces de enfrentarnos a los problemas y aprender de ellos; de nada sirve darles una y mil vueltas si no hacemos nada por resolvernos.

Deberíamos creer en nosotros mismos, poner en marcha todo nuestro potencial y afrontar la vida lo mejor que sepamos. Todo tiene solución menos la muerte, que para bien o para mal no depende de nosotros. ¿Para qué preocuparse por algo que tiene solución? Sólo hay que ser paciente y constante.

Deberíamos dejar a un lado los egocentrismos y trabajar más la empatía; pero a la vez debemos sentir empatía por nosotros mismos y no dejar que nos pisen. Las relaciones humanas son un tira y afloja: hoy por ti mañana por mí.

Todos deberíamos luchar por ser resilientes; seguramente el mundo fuese un lugar mejor. No es fácil, pero si se trabaja, se puede.





21 abril, 2016

Perfectamente imperfectos

Llorona, sensible en exceso, cabezota, con carácter, insegura, exigente, pasional, a veces cobarde, miedosa, gruñona, un poco bastante rara, bajita (1.57m de bajita nada menos), una chica del montón...

Pero también empática, trabajadora, comprensiva, educada, otras veces valiente, ordenada, precavida, generosa, amable... 

Todo eso y más soy yo, afortunada o desafortunadamente. Siempre que me autoanalizo me salen más defectos que virtudes. ¿Casualidad? No lo creo.

Qué difícil es quererse, ¿verdad? Todos, absolutamente todos los humanos tenemos grandes defectos; y quién diga lo contrario miente como un bellaco. Pero también tenemos grandes virtudes, que no quepa la menor duda. 

Siempre habrá alguien que nos recuerde todo lo malos que somos; alguien que no valore nuestras virtudes y mucho menos nuestros defectos. Pero para eso estamos nosotros: para identificar y aceptar nuestros errores y hacer lo mismo con nuestras capacidades

Cada uno es como es y no debemos de cambiar nuestras convicciones, ni nuestra personalidad, ni nuestra forma de ser por agradar al resto. Quien nos quiera que sea con todas las consecuencias para bien o para mal; que nos acepte tal como somos.

Pero, ay amigos, para que esto ocurra primero hay que aceptarse y quererse uno mismo; y eso es lo complicado del asunto. En ocasiones, somos el peor enemigo que podemos tener.

Estamos hechos de experiencias y vivencias, buenas y malas, que nos han traído hasta donde hoy estamos; que han determinado lo que hoy somos. Podremos cambiar pequeños aspectos de nuestras vidas que no nos gusten u orientar el rumbo de la misma cuando no nos agrade lo que vemos; pero no podremos transformar nuestra esencia porque eso es lo que nos hace ser especiales, únicos, inimitables e irrepetibles.

Acéptate, quiérete y no te sientas mal por no ser como el resto o como dictamine la sociedad que hay que ser. Todos somos perfectamente imperfectos; y eso es lo que nos hace ser nosotros mismos.




¡Sed felices! 

Cris 

08 abril, 2016

Reflexiones...

Últimamente a mi alrededor están pasando cosas y situaciones que me hacen reflexionar mucho sobre la vida. 

Que no somos nadie y que estamos de paso no es ninguna novedad; que hay que vivir la vida al máximo porque son dos días tampoco. Pero, ¿qué hacemos cuándo nuestros miedos, nuestras inseguridades, nuestros fantasmas, no nos dejan hacerlo? 

No hay nada peor en esta vida que combatir contra uno mismo; contra los pensamientos propios. Yo llevo la friolera cantidad de 9 años intentando luchar contra ellos y, de momento, ganan batallas pero no la guerra.

Cuesta mucho (horrores me atrevería a decir), desplegar las alas, comenzar a volar y vivir la vida sin miedo; sin que nos importe el qué dirán. ¿Cuántas veces hemos pensado en lo mucho que cuesta y no le hemos puesto remedio? ¿Cuántas veces que nos hemos levantado y hemos pensado: "Hoy es el día; me como el mundo" y luego nos come el mundo a nosotros? Y así, más rápido que lento, pasa un año, y otro, y otro, y otro más...

"Todo lo que deseas está al otro lado del miedo" - Jack Canfield

Os invito a pensar en vuestros seres más queridos que, desgraciadamente, se quedaron en el camino. Meditad durante segundos, minutos, horas, días... ¿Cómo vivirían ellos si estuviesen aquí y cómo les gustaría que viviésemos nosotros?. Afrontemos los miedos por nosotros mismos, pero también por los que ya no están y querrían vernos con la cabeza bien alta disfrutando de la vida.

Intentemos dejar a un lado los miedos que nos persiguen y que no nos permiten encontrar la felicidad. Vivamos la vida como si fuese el último día. Ríe, besa, comparte, sonríe, salta, baila, sé feliz y haz felices a los de tu alrededor, quiérete, deja quererte y quiere a los demás.

Exprime la vida al máximo porque no sabes en qué momento llegará la última naranja.

¡Sed felices!

Cris