Pero también empática, trabajadora, comprensiva, educada, otras veces valiente, ordenada, precavida, generosa, amable...
Todo eso y más soy yo, afortunada o desafortunadamente. Siempre que me autoanalizo me salen más defectos que virtudes. ¿Casualidad? No lo creo.
Qué difícil es quererse, ¿verdad? Todos, absolutamente todos los humanos tenemos grandes defectos; y quién diga lo contrario miente como un bellaco. Pero también tenemos grandes virtudes, que no quepa la menor duda.
Siempre habrá alguien que nos recuerde todo lo malos que somos; alguien que no valore nuestras virtudes y mucho menos nuestros defectos. Pero para eso estamos nosotros: para identificar y aceptar nuestros errores y hacer lo mismo con nuestras capacidades.
Cada uno es como es y no debemos de cambiar nuestras convicciones, ni nuestra personalidad, ni nuestra forma de ser por agradar al resto. Quien nos quiera que sea con todas las consecuencias para bien o para mal; que nos acepte tal como somos.
Pero, ay amigos, para que esto ocurra primero hay que aceptarse y quererse uno mismo; y eso es lo complicado del asunto. En ocasiones, somos el peor enemigo que podemos tener.
Pero, ay amigos, para que esto ocurra primero hay que aceptarse y quererse uno mismo; y eso es lo complicado del asunto. En ocasiones, somos el peor enemigo que podemos tener.
Estamos hechos de experiencias y vivencias, buenas y malas, que nos han traído hasta donde hoy estamos; que han determinado lo que hoy somos. Podremos cambiar pequeños aspectos de nuestras vidas que no nos gusten u orientar el rumbo de la misma cuando no nos agrade lo que vemos; pero no podremos transformar nuestra esencia porque eso es lo que nos hace ser especiales, únicos, inimitables e irrepetibles.
Acéptate, quiérete y no te sientas mal por no ser como el resto o como dictamine la sociedad que hay que ser. Todos somos perfectamente imperfectos; y eso es lo que nos hace ser nosotros mismos.
¡Sed felices!
Cris ❤